«Las flores de Baudelaire», de Gonzalo Garrido

Esta novela nos acerca a una de las cualidades del género negr0: la denuncia social que trasmite en forma de misterio. Ambientada en los primeros años del siglo XX en Bilbao, nos traslada a unos tiempos convulsos donde la distinción entre clases y los movimientos sociales constituyen el marco perfecto para encuadrar el enigma que debe resolver Alfredo Maldonado. Fotógrafo profesional e investigador aficionado, Maldonado se ve envuelto en una trama donde nada parece lo que realmente es y los inocentes pagan los platos rotos de los culpables.

Todo comienza con el asesinato de la pequeña Anabel, una niña enferma de cinco años que aparece degollada en su habitación y a la que le han cortado una mano. ¿Por qué quitar la vida a una criatura inocente? Al principio, el crimen se achaca a algún individuo perturbado que no es consciente de sus actos. Sin embargo, los acontecimientos empiezan a oscurecerse cuando el padre de Anabel, Fran Krüger, se revela como un empresario poco honesto.

El olor de las flores de Baudelaire, las flores del mal, impregna las páginas de esta novela. Y así lo describe su autor, Gonzalo Garrido, cuando dice que «todo valía en unos años en los que las líneas entre el bien y el mal estaban delimitadas por los caprichos de unos pocos». El fondo social del relato se centra en la concentración del poder en manos de pocas personas y la quiebra de los intereses de los más débiles. Esta ídea refleja que la historia parece tener un movimiento cíclico (así lo concebían los griegos) y las protestas que se narran en este libro tienen cierta similitud con la situación actual. Incluso, Garrido habla de las protestas mineras durante los primeros años del siglo XX, algo que también ocurre actualmente.

Si os gusta el género negro y os apetece retroceder en el tiempo para ver  cómo era la situación política y económica del país durante los primeros años del siglo pasado, no dudéis en adentraros en una novela donde crimen y poder van de la mano.