Vigo, una noche lluviosa, un par de bebidas servidas en copas anchas, dos personas en una habitación y de fondo, Billie Holliday canta The man I love. Estos son los ingredientes que Domingo Villar utiliza para cocinar su primer libro, Ojos de agua. No es la primera vez que este autor aparece en el blog, ya que hace unos meses tuve la suerte de leer su segunda novela: La playa de los ahogados.
En su primer caso, el inspector Leo Caldas y su peculiar acompañante, Rafael Estévez, deben investigar la muerte del músico Luis Reigosa. Su cadáver aparece atado a su cama y su cara revela el enorme sufrimiento al que fue sometido durante su asesinato. Además, el policía debe lidiar con un instrumento poco común para matar: el formol.
Mientras empiezan la investigación, Caldas debe acudir al programa de radio Patrulla en las ondas, en el que colabora ayudando a los vecinos de Vigo que llaman a la emisora para denunciar hechos o para hablar con el inspector. Todas las llamadas no se salen de lo normal, excepto una. Un oyente pronuncia dos veces en antena una única frase: «Bienvenido sea el dolor si es causa de arrepentimiento». ¿Qué significado tienen esas palabras? Sin embargo, Caldas olvida esta extraña llamada cuando su ayudante le comunica que han encontrado el cadáver de Reigosa.
Villar nos acerca de nuevo a Galicia, pero esta vez el escenario del crimen es Vigo. La ciudad, un lugar aparentemente tranquilo, se revela a ojos de los lectores como una tierra llena de misterios, tradiciones, jazz y gastronomía local. Ojos de agua es una buena novela, muy entretenida y con personajes bien dibujados. Quizá el que más destaca, a parte de Caldas, es Estévez. Su difícil carácter no encajaba del todo bien en su anterior comisaría en Zaragoza, pero la ambigüedad gallega no parece un remedio eficaz.
Este libro tiene las características de una primera novela. Las descripciones son algo superficiales y la trama, aunque bien dibujada, tiene puntos poco convincentes, especialmente en el final. Si aún no habéis leído La playa de los ahogados, os recomiendo empezar por Ojos de agua como primer acercamiento al autor. La evolución de Villar del primer al segundo misterio es notable, ya que uno de los logros de La playa de los ahogados es el de trasladar «físicamente» a los lectores al escenario de los hechos. En la librería Modesta podéis encontrar los dos textos, que cuenta con una buena selección de libros del género negro y policiaco. Compré Ojos de agua allí después de pasarme un buen rato ojeando sus estantes y consultando libros.
Algo que destaca en los libros de Villar es que podemos conocerle a través de las páginas de sus novelas. Si en La playa de los ahogados se revela como un gourmet y gran conocedor de la gastronomía gallega, en Ojos de agua nos hace partícipes de su interés por la música jazz. La profesión de Reigosa, recordemos que era saxofonista, sirve al autor para compartir canciones del género.
He comenzado el post con Billie Holliday y me despido con Ella Fitzgerald. Angel Eyes es la canción que usa la banda de Reigosa para homenajearle. ¿La escuchamos?